JOURNAL PERSONAL Y SIN AMBICIÓN PÚBLICA

JOURNAL PERSONAL Y SIN AMBICIÓN PÚBLICA

Sucedido en el consultorio


Llego quince minutos antes a mi cita y como siempre, sé que me harán pasar media hora más tarde de la hora fijada. Todos los doctores son iguales. "Por suerte traje mi libro" me jacto silenciosamente. Reemprendo las pocas hojas que me faltan para terminarlo, y en ese momento una mujer llega sin saludar a la sala de espera. De doce lugares que hay libres en la sala, se sienta con su enorme bolso-pañalera en las piernas. ("No se lo vayan a robar", ha de pensar).

Continúo con mi lectura y de pronto una voz interrumpe:
¿Vienes por la dieta?
—¿Perdón?
Que si vienes por la dieta para bajar de peso.
Vengo con el endocrinólogo.
Sí, por eso. Ese es el de la dieta, ¿no? Oye y, ¿sí bajaste mucho de peso?
H-hoy es primera consulta respondo un poco confundida.

Molesta por la interrupción en medio del clímax, recomienzo mi lectura. Sin muestra de que le importe lo más mínimo, la señora continúa:
Oye, y entonces, ¿cómo te enteraste?
Me lo recomendó una amiga, respondo secamente sin mover los ojos de las páginas.
—¿Y sí bajo mucho de peso?
respondo enojada.

Por fin abren la puerta y me hace pasar el doctor. Al terminar mi consulta el 'doc' me pide hacer pasar a la mujer que está esperando. Me comenta molesto que su cita era una hora antes de que llegara. Alguna vez escuché que nada molesta más a una histérica que otra histérica.

Cuanta razón.