Llueve. Y sé que ha llegado el momento de despedirme de mi blog. El día correcto: hoy.
La mayoría lo deja descuidado, abandonado, sucio y empolvado, yo quise darle la dignidad de un cierre. Lo merece. Estoy muy orgullosa.
Lo creé en un momento en que quise expresarme. Es de conocimiento común que soy callada y algo solitaria. Ya sé que es un cliché que todos dicen ser, pero aquellos cercanos a mí saben que disfruto mucho los momentos a solas. Síndrome de hijo único o hija pilón. La gente de mi entorno ya está acostumbrada a que comúnmente busco dedicar un espacio para mí. No alcanzo a comprender a la gente que vive con tanto ruido, lunes a domingo saliendo con gente que deja de ver y repitiendo lo mismo. Tal vez por eso no encajo en el estilo de vida "godínez". Una ventana de chat es imposible para mí, es demasiado.
Yo disfruto una noche como hoy, lluviosa, leyendo y con un té a la mano. Tal vez un poco de música. No me creo mejor por ser tranquila. No soy mejor, soy tranquila y ya. "Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo es por un malentendido", decía sabiamente Sartre. Sólo saco mi adrenalina en los conciertos (dicen que me transformo). Desde paramédicos hasta granaderos han visto la metamorfosis.
Mi profesión me ha enseñado a valorar algo muy importante, y es el silencio. Cualquiera que sepa de música conoce su importancia. Hay que aprender a estar cómodos con él. Hasta la fecha soy dichosa de contar con los dedos de mi mano gente con quien puedo compartirlos. Nos pasamos la vida intentando llenarlos, es una lástima.
Entiendo Facebook, por supuesto que lo entiendo. Es una manera de darte identidad. "Mira soy una chica y estoy tomando una cerveza". "Aquí, foto en mi auto". "Feliz cumpleaños. Ya hay que vernos.". Un blog no se aleja, pero creo que profundiza un poco más. Es una vía escrita que no se limita a 140 caracteres. ¿Mi twitter? ¡Uy!, puro retweet o pretenciosas críticas amateur de películas, también imágenes de 9GAG. Ya sé que me reiré de esto cuando pase de moda 9GAG.
En fin, ésta es una despedida. No me gusta decir "adiós", así que dire: "hasta luego". Sucede lo siguiente. Cuando hice esto quería expresar quien soy, la verdad es que ahora no puedo. Estoy formándome. Creo que no es coincidencia que ayer me puse a buscar en la página de Conacyt doctorados en el extranjero. Falta mucho. Qué estrés.
Ya hice una maestría, ya hice una especialidad, tengo un consultorio, manejo una clínica, doy clases en una de las mejores universidades, publico en varios medios, tengo al amor de mi vida, llevo apenas un cuarto de vida y siento que no es suficiente. ¡Estoy muerta de miedo! En cualquier momento puedo fallar y todo esto se puede caer.
Familia, amor, amistad, trabajo, todo lo tengo. ¿Soy feliz? Sí. ¿Entonces porqué me enojo cuando estoy en el tráfico? Creo que aún no he terminado. Me falta mucho. Tengo que formarme una identidad adulta y ya no la de una recién egresada que vive con sus padres. Cuando construya esta nueva identidad probablemente regrese a tener un nuevo blog, aunque lo dudo porque mi profesión dificulta hablar de tu vida privada. Ya no será lo mismo. Adiós niñez, hola madurez. No la llamo "adultez" porque eso me suena a renunciar a tus sueños y sobretodo a los dinosaurios (yo amo los dinosaurios). ¡Hola, madurez! Espero acercarme a ti.
Gracias a todos los que me visitaron. Algunos se quejaron de que no pueden poner comentarios, de todas maneras no creo que tuviera muchos, pero agradezco la nobleza de esta red social. Gracias por formarme, continúo haciéndolo. Gracias, gracias, gracias a todos.
Dejo este blog en el espacio por si a algún visitante esporádico le parece curioso conocer la identidad veinteañera de una psicoanalista en formación. Extraña combinación pero no tan alejada. Un profesor de psicoanálisis me dijo que la regresión al servicio del yo (término psicoanalítico) no era posible. Yo creo que en cualquier momento puedo regresionarme unos años sin problemas visitando de nuevo Garabatos*
